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¿Qué pasa si me estaciono en un lugar para discapacitados?
De acuerdo con el artículo 30 del Reglamento de Tránsito de la Ciudad de México ESTÁ PROHIBIDO ESTACIONARSE EN LOS CAJONES DISPUESTOS PARA DISCAPACITADOS. La multa por esta acción es de dos mil 150 pesos, seis puntos en tu tarjeta de circulación (de 12 disponibles) y tu auto será llevado al corralón.
¿Cómo funciona el estacionamiento de discapacitados?
¿Cómo puedo utilizar un estacionamiento exclusivo o preferente? Debe dejar la credencial de discapacidad al interior del vehículo, visible, en el costado inferior izquierdo del parabrisas delantero. Sólo debe usarse la Credencial de Discapacidad en original, no en fotocopia.
¿Qué es el estacionamiento de discapacitados?
Su uso significa que el lugar está destinado para personas con discapacidad, ya sea u baño, una rampa, el acceso a un edificio, un estacionamiento, etc.
¿Cuánto mide una plaza de aparcamiento para discapacitados?
Las dimensiones de estas zonas de estacionamiento no pueden ser inferior a 3,60 metros. Contar con una plaza de aparcamiento para discapacitados de forma personal aporta una mayor tranquilidad a la hora de desplazarse con el vehículo.
¿Quién puede solicitar una plaza de aparcamiento para personas con movilidad reducida?
Si finalmente lo hace, esta plaza no es privativa de la persona que la solicita, sino de cualquiera que tenga la tarjeta de aparcamiento para personas con movilidad reducida. Este sistema, a mi entender tiene los siguientes inconvenientes: La plaza a menudo es ocupada por una persona distinta de la que la solicitó.
¿Cómo solicitar una tarjeta de aparcamiento para personas con discapacidad?
El proceso de solicitud de uno de estos espacios varía según el ayuntamiento de cada municipio o la normativa de la comunidad autónoma. No obstante, en todos los casos es necesario disponer previamente de la tarjeta de aparcamiento para personas con discapacidad, cuya validez se extiende a toda España y la Unión Europea.
¿Cuándo se puede retirar una plaza?
La plaza se puede retirar cuando la persona ya no la necesite (para ello se puede implantar un sistema de renovación periódico de la misma en que el usuario tenga que justificar que la causa de la concesión sigue vigente)