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¿Es perjudicial el castigo a los niños?
– Nunca debe ser perjudicial para la su autoestima. El castigo no debe entenderse como una forma de hacer sentir mal a los niños sino como una consecuencia a una acción determinada. – Al aplicar el castigo es necesario que los niños entiendan el porqué, y comprendan lo que ocurre cuando se realizan determinadas acciones.
¿Cómo castigar a los niños en el nivel 1?
Otra forma de castigarles, centrados en el nivel 1, es por ejemplo, comprar con su dinero otra cinta de vídeo, o limpiar la camiseta que han ensuciado por descuido, y por su puesto, no comprarle otra pelota inmediatamente después de perder la que tenían, porque no valorarán las cosas. Lo que nunca se puede hacer es la sustitución rápida.
¿Cuáles son los castigos que no se aplican a los padres?
Si hay algo que resta credibilidad a los padres es un castigo que no se aplica o que se levanta al poco tiempo de asignarlo por ser excesivo o demasiado severo. 1. A partir de los 2 años: Reprimendas verbales.
¿Cómo poner un castigo a los hijos?
A la hora de poner un castigo, acuérdate siempre de qué tipo de acción se trata y que castigas por justicia, no por fastidiarle. A partir de los 9 ó 10 años puede ser conveniente que propongan ellos qué castigo merecen por su comportamiento. Quedarán más comprometidos.
¿Cómo se aplican los castigos a los pequeños?
Para que los castigos sean efectivos es importante que se tenga en cuenta la edad de los pequeños. En esta etapa preescolar es importante que los castigos se apliquen de manera inmediata para que el pequeño entienda que el castigo va relacionado con su mal comportamiento. A estas edades se podrán llevar a cabo los siguientes castigos:
¿Qué debemos tener en cuenta a la hora de aplicar un castigo?
Lo primero que debemos tener en cuenta a la hora de aplicar un castigo es que para que sea educativo debe ser equilibrado, excepcional, coherente y aplicable. Si hay algo que resta credibilidad a los padres es un castigo que no se aplica o que se levanta al poco tiempo de asignarlo por ser excesivo o demasiado severo.