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¿Cuál es el efecto psicológico del alcohol?
Los problemas con el alcohol también tienen un impacto muy negativo en la salud mental. El abuso de alcohol y el alcoholismo pueden empeorar condiciones existentes como la depresión o provocar nuevos problemas como la pérdida grave de memoria, la depresión o la ansiedad.
Psicológicos: depresión, ansiedad, ira, celotipia (imposibilidad de controlar los celos), epilepsia, psicosis, síndrome de Korsakoff, demencia alcohólica… Sociales: desestructuración familiar, problemas laborales, problemas económicos, accidentes, maltrato…
¿Cómo afecta el alcohol a la salud social?
Además de problemas de salud, el consumo de alcohol se relaciona con problemas familiares (malas relaciones de pareja, violencia doméstica, maltrato infantil, negligencia de cuidados), escolares, laborales (absentismo laboral, baja productividad), económicos y comunitarios (ruidos, molestias, robos, conductas sexuales …
¿Cuáles son los efectos psicológicos y sociales del alcohol?
En el plano psicosocial del individuo, esta adicción puede suponer un elevado coste en la salud integral. A continuación mencionaremos algunos de los efectos psicológicos y sociales del alcohol más destacados. El consumo excesivo y prolongado de alcohol acarrea importantes repercusiones negativas en la calidad de vida de la persona consumidora.
¿Cuáles son los efectos del alcohol?
Efectos del alcohol a corto y a largo plazo. El alcohol tiene la capacidad de comenzar a generar efectos sobre el organismo, por leves que sean, ya desde el primer trago. Eso significa, entre otras cosas, que no existe el consumo moderado de alcohol en un sentido en el que signifique «consumo inocuo».
¿Cómo afecta el alcohol a la salud mental?
Además de empujar al consumidor a caer en una dependencia al alcohol, que agravará aún más su salud mental. En definitiva, el trastorno depresivo, junto con la ansiedad, es una de las alteraciones de la salud mental más típicas del consumo excesivo de alcohol.
¿Cuáles son los efectos del alcohol en la personalidad?
En el plano estrictamente psicológico, el alcohol produce alteraciones de la personalidad y el carácter; cuadros de ansiedad y estados anímicos depresivos; deterioro intelectual; comportamientos disfuncionales e inestabilidad afectiva.