¿Cómo excitar a un hombre con la voz?
Sigue estos pasos:
- Llama a su teléfono y háblale con una voz suave y sexy.
- Exprésale que lo extrañas mucho.
- Descríbele lo que tienes puesto. Primero la ropa externa y luego, qué hay debajo: tus prendas íntimas. Si llevas hilo y eliges los colores negro o rojo, tendrás puntos a favor.
¿Por qué me excita su voz?
La melolagnia es una parafilia sexual por música y voz. ¿Se puede producir excitación por la voz? La respuesta es un rotundo sí. La Melolagnia es una parafilia sexual que se activa por la música, y ya que la voz es también música, la excitación por la voz es algo que sucede a muchas personas.
¿Qué significa que a un hombre le guste tu voz?
También esa sensación agradable que nos provoca una voz podría estar relacionada con la forma de expresarse de esa persona, sus gestos, su ritmo en las palabras, su mirada, su escucha o incluso la seguridad que expresa.
¿Qué tipo de voz le gusta a las mujeres?
Por norma general, las mujeres encuentran las voces graves más atractivas, porque están asociadas con niveles más altos de testosterona. Por contra, los hombres suelen preferir a las mujeres con voces agudas, porque son percibidas como más jóvenes y delgadas.
¿Por qué las mujeres bajan el tono de voz?
Sin embargo, se ha descubierto también que las mujeres bajan el tono de voz cuando ellas consideran a un hombre atractivo ( Hughes et al., 2010 ), lo cual supone que los rasgos de [+femineidad] (tono alto) y [+atracción] (tono bajo) entran en conflicto.
¿Cuál es la relación entre la voz y la atracción sexual?
En la raíz de este mito, se encuentra la idea vaga de la relación entre la voz y la atracción sexual. Basándonos en nuestra propia experiencia, todos podemos distinguir si nos gusta o nos disgusta una voz y en algunas ocasiones incluso nos sentimos atraídos por una persona solo al oír su voz. A todos os ha pasado esto alguna vez, ¿no es así?
¿Cómo se oye la voz ronca?
Por ello, se oye como un ruido de fricción que es lo que da esa sensación de voz ronca, aérea o soplada ( Laver, 1994 ).