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¿Por qué existe el yo?
El Yo viene a ser el sentido corporal-emocional del sí-mismo, que experimenta momento a momento. Corresponde al conocimiento tácito del sí mismo y de la realidad. Es un nivel predominantemente inconsciente, que ordena las intuiciones perceptivas emocionales y de espacio-tiempo.
¿Cómo se concibe el yo?
En la teoría de Sigmund Freud (1856-1939) el Yo es entendido como la parte consciente de la mente, que debe satisfacer los impulsos instintivos e inconscientes del Ello teniendo en cuenta las exigencias del mundo externo y de la propia conciencia -el Superyó, constituido por normas sociales interiorizadas.
¿Cuál es el yo subjetivo en la filosofía de Platón?
Platón es continuador de la filosofía de Sócrates, su maestro. El yo subjetivo en su filosofía es principio universal o la idea que es esencia, en cuanto es lo verdadero de todo lo que existe. En fin, a este principio universal bien se le puede llamar lagos, razón, esencia.
¿Qué es el yo en la filosofía?
En ética y filosofía política, el yo es el concepto clave para explicar la libertad de la voluntad, así como la responsabilidad individual. El yo en la filosofía moderna Es en el siglo XVII, con Descartes, que la idea del yo ocupa un lugar central en la tradición occidental.
¿Cuáles son los filósofos que rechazan el yo?
Otros filósofos rechazan esta consideración sustancialista del «yo», negando su posibilidad misma, como Nietzsche, o considerando el «yo» como un mero complejo de sucesivas impresiones, como Hume.
¿Cuál es el papel del yo en la filosofía occidental?
La idea de un yo desempeña un papel central en la filosofía occidental, así como en la India y otras tradiciones importantes. Se pueden discernir tres tipos principales de puntos de vista del yo. Uno se mueve de la concepción de Kant del yo racionalmente autónomo, otro de la llamada teoría homo-economicus, de ascendencia aristotélica.
¿Qué es la filosofía clásica?
La filosofía clásica abundó en la atribución al «yo» de una realidad sustancial, de modo que el «yo» era considerado como una sustancia que se identificaba con el alma (tanto si esta se concebía como algo material o como algo inmaterial) haciendo de ella el sustrato de todas las actividades del sujeto.